Coaching para profesionales

Instructor coaching descansando en una silla
Todos hemos vivido momentos en los que no nos sentimos satisfechos con la situación en la que nos encontramos en el terreno profesional y que nos gustaría cambiar. Por ejemplo, cuando empezamos a plantearnos buscar un nuevo trabajo, cuando tenemos que dirigir un equipo que no alcanza el nivel de desempeño necesario, cuando nos ofrecen un ascenso y pensamos que nos falta desarrollo en algunas competencias claves para el puesto, cuando no sabemos qué más hacer para captar clientes, cuando tenemos problemas de comunicación con
personas, equipos o departamentos determinados, cuando sentimos que nuestros jefes o subordinados no aprecian lo que hacemos, cuando reflexionamos sobre la posibilidad de un cambio de profesión, cuando queremos un aumento de sueldo y no sabemos cómo abordar la conversación para pedirlo o simplemente cuando decidimos que es hora de mejorar algunas de nuestras habilidades para desplegar todo nuestro potencial. Las posibilidades son infinitas.
 
Al sentirnos así lo lógico es pensar qué podemos hacer para cambiar ese estado, cómo transitar el camino entre la situación actual que nos produce insatisfacción y la situación futura que imaginamos y que tanto deseamos. Y sobre todo, qué pasos tenemos que dar para llegar a ella. Es entonces cuando el coaching tiene todo el sentido del mundo, porque permite tomar conciencia del camino a seguir para abandonar ese estado de insatisfacción, de los pasos necesarios para tener éxito y de cómo y cuándo darlos.
 
Y ¿cómo se lleva a cabo? Pues, principalmente hablando. Para entender la potencia del lenguaje como generador de resultados es necesario tomar conciencia de que la mayor parte de la jornada laboral (y de la vida) se estructura en torno al lenguaje: ponemos emails, sms, telefoneamos, escribimos documentos, hablamos para dirigir, coordinar, planificar, pedir, establecer acuerdos... En coaching ontólogico se dice que el lenguaje genera realidades. Cada vez que decimos algo, estamos preparando el terreno para que ocurra algo. Y por eso el lenguaje es la herramienta principal para lograr resultados. Aunque no la única.
 
El coach o coaching acompaña a su cliente en la búsqueda de sus propias respuestas y recursos para que los descubra por si mismo.¿Y por qué esto funciona mejor? Porque se interioriza hasta un 70% de lo aprendido por uno mismo, mientras que sólo se retiene un 30% de lo que te enseñan los demás. Einstein lo explicaba así: "Aprendizaje es experiencia. Todo lo demás es información.
 

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